viernes, 4 de julio de 2008

NUESTRO DIARIO

Viernes 05 de julio 2,008

Hoy recibí la llamada de una señora comunicando que en un parque de la Urb. Primavera había un perrito que lloraba y se arrastraba, inmediatamente fui en compañía de mi hija Diana.

El cuadro era terrible, en una esquina de la pista, con la cadera en el suelo, se arrastraba, lloraba en forma lastimera, una cosita de color marrón. Alrededor habían varias personas lamentando la triste situación del perrito, una de ellas mencionó el veterinario, otra que un carro lo había revolcado. Quisé tomar fotos para circular el lamentable estado de ese animalito y que unamos más fuerza en la lucha contra el trato inhumano que infringen los "humanos".

Era increible que pudiera haber llegado a ese estado, su cuerpecito completo estaba cubierto por una sola costra negra, el poco pelo que quedaba eran motas pegadas, no hay palabras para describir lo que vi. Sin dudarlo lo levanté y lo llevé a la veterinaria más cercana, según el diagnóstico del veterinario era que estaba en shock, muy desnutrido, con baja temperatura y cubierto de una dermatitis crónica que había deformado su piel, no levantaba la cadera y se estiraba de rato en rato, no había más que ayudarlo a descansar.

Acostado sobre la fría mesa del veterinario, lo cubrí con una colchita y empecé a acariciarlo, diciéndole palabras cariñosas, hasta que preparen la medicina que lo llevaría a descansar de tanta agonía, pensé que al menos sus últimos momentos sepa lo que era cariño. Cuando llegó el momento en que aplicarían la medicina no pude resistir, mi hija se quedó con él y yo me retiré rezando un padre nuestro para que Dios lo acoja lo antes posible en su reino.

En este momento descanza en paz y de seguro que de Dios goza por que estos animalitos no tienen ninguna culpa de venir a un mundo tan cruel donde no hay un lugar con derechos para ellos.

Ya estoy llorando nuevamente, no puedo continuar.